Economía circular, un incentivo para una producción sostenible y responsable

publicado: 13/11/2020

El negocio del reciclaje se ha vuelto una actividad vital para el desarrollo de la economía circular.

Creemos de especial importancia asumir los desafíos que el cambio climático implica, sumando nuestro modelo de economía circular al desarrollo de una respuesta global para contrarrestar sus efectos.

Este nuevo paradigma ha sido incorporado por gran cantidad de empresas que impulsan un desarrollo sostenible. Pero, ¿qué es la economía circular y cómo se aplica a nuestro negocio?

De acuerdo con Kunal Sinha, líder comercial del negocio de reciclaje de Glencore a nivel mundial, la economía circular “se centra en tomar los productos al final de su vida útil y darles una segunda o tercera vida útil, o reciclarlos para obtener materias primas y volver a fabricar productos”. Este modelo productivo se diferencia del tradicional modelo de economía lineal basado en la toma de materias primas, la fabricación de productos, su uso y desecho al final de su vida útil, generando así un negocio de reciclaje que ayuda a minimizar los costos productivos y disminuye sus efectos sobre el medio ambiente. 

Glencore ha contribuido a impulsar la economía circular en el sector de recursos naturales durante más de 70 años. Hoy, es líder global en el reciclaje de cobre y metales preciosos, habiendo rescatado más de un millón de toneladas de residuos electrónicos desde la década de 1990. En un año, Glencore recuperó 25 mil toneladas de cobre, 127 onzas de oro, 1,3 millón de onzas de plata, 20 mil onzas de paladio y 6.000 onzas de platino de insumos reciclables.

Con un reciclaje responsable de productos electrónicos y materiales reciclables, desempeñamos una función vital en la economía circular, minimizando los impactos ambientales al reciclar lo que podemos. 

Pero para poder seguir desarrollando este modelo productivo sustentable es importante que los ciudadanos de todas las comunidades, incluso aquellas con las que nuestras operaciones conviven, también se involucren en el reciclaje. ¿Cómo pueden hacerlo? Llevando aquellos aparatos y residuos tecnológicos a los centros de reciclaje tecnológico más cercanos de su localidad.

Los teléfonos móviles y computadoras tienen un proceso de reciclado en que los materiales que lo componen en tres categorías distintas. Kulan lo explica: “Luego de las etapas de recolección y clasificación los dispositivos terminan en un preprocesador electrónico o reciclador que los desmantela. Por medio de clasificación automatizada o manual, las partes del dispositivo terminarán en tres categorías: plásticos, acero o aluminio, y no ferrosos. Esta última categoría, que aún tiene una cantidad importante de plástico, se envía a Glencore para su reciclaje. En uno de nuestros lugares de reciclaje dicho insumo será sometido a un procesamiento posterior para homogeneizarlo. El insumo electrónico procesado se enviará a una de nuestras fundiciones de cobre y se mezclará con concentrados de cobre para producir ánodos de cobre. Los metales preciosos en el insumo electrónico terminarán en limos. A continuación, tanto los ánodos como los limos van a nuestra refinería de cobre, y la salida de ese proceso son cátodos de cobre de grado de mercado, así como barras de oro y plata”.

El reciclaje es una actividad que debe estar en la agenda productiva de todas las empresas para impulsar una economía baja en gases, de manera que podamos acercarnos como comunidad a cumplir parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030.

Una estrategia integral de reciclaje, acompañada del apoyo empresarial, institucional y ciudadano pueden sustentar una producción responsable, segura y sostenible. 

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